Estando en el Puerto La Plata, con solo 9 años de edad, mi padre me preparo su vieja Voigtlander VITO C, fotometreó, corrigió diafragma y velocidad y la puso en mis manos, me dijo “observá lo que te guste y apretá el botón”.
 
Fue una extraña sensación, había barcos y muchos hombres trabajando pero lo que más me impacto fue el reflejo de esos viejos cascos negros sobre la turbiedad de las aguas empetroladas del puerto.
Un par de semanas después llegó a mis manos una imagen que iría a marcar mi vida para siempre, no lo podía creer, el reflejo en el agua brillante, por el petróleo, era maravilloso, los cascos de los barcos parecían desdibujarse y lo que no llegaba a comprender era que esa foto la había tomado yo, me resultó increíble, maravilloso!!
 
Así comenzó mi romance con la fotografía, encontraba en ella una manera más de expresión. ¿Por qué digo una manera más de expresión? A mí me gustaba, y me gusta, la música; comencé a cantar a los cinco años, a los ocho mis padres me compraron la ansiada guitarra.
 
Mi primer profesor comenzó a poner mis pequeños dedos sobre el diapasón y las cuerdas, fue ahí que comencé a oír un sonido que golpeaba muy dentro de mi pecho, me transportaba a la vida misma, les recuerdo que solo tenía ocho años, y toda una vida por delante.
Al poco tiempo ya cantaba “El Arriero”, del gran maestro Atahualpa Yupanqui. A partir de ese momento no dejé de cantar más hasta los veintitrés años en que me vine a vivir a Ushuaia. Entre los dieciséis y los veintitrés compuse más de cien canciones, ellas eran románticas y testimoniales, algunas enteramente mías y otras con letras de mi querido amigo José María Rshaid; Hoy psicólogo de renombre nacional; ( www.josershaid.com.ar) con quien compartimos el hermoso amor por el arte.
 
Fui telonero de Spinetta, La Joven Guardia, Vox Dei, Pedro y Pablo, canté a dúo con Nacha Guevara la famosa canción de Roberto Carlos “Detalles”. Y realicé muchos shows de la mano de mi representante artístico.
 
A Ushuaia llegué huyendo de la represión, muchas de mis canciones tenían un contenido social que a los militares no les agradaba. Después de dos viajes en Falcon, con amenazas incluidas, de un tiro en la planta de mi pie izquierdo, y de haber vivido, junto con unos amigos, la inmensamente triste "Noche de Los Lápices" me dije, aquí no me puedo quedar más (La Plata).
 
Así fue como me subí a un barco de YPF, el Florentino Ameghino, que transportaba combustibles a Ushuaia. El 31 de octubre de 1976, a las doce del mediodía, fue la partida desde el puerto La Plata. Luego de seis días exactos de viaje, con tormentas y olas que nunca imaginé ver, llegué a mi querida Ushuaia, el seis de noviembre a las doce del mediodía.
 
Hasta aquí este resumen de una partecita de mi vida, una biografía completa sería para escribir mucho, sin duda, y sería muy largo.
 
Estudios secundarios completos y un ingreso en Humanidades de La Plata, a la carrera de Profesorado de Geografía, abandonada por cuestiones políticas y lo ya antes mencionado. Hice muchas cosas en mi vida: fui corta pasto, basurero, barrendero, artesano, mozo, cocinero, encargado de confitería, vendedor ambulante, artesano, pintor de paredes, también tengo cuatro años de estudio de canto y música. Mi profesor pretendió que me dedicara a lo lírico, pero mi gusto iba por otro lado. Estudié fotografía con Jorge Rilo, reportero gráfico de Editorial Perfil, luego, la continuidad fue de autodidacta. Nunca olvidaré aquella, mi primera fotografía, tomada en el Puerto La Plata. Muchos me preguntan si aún la conservo, debo decirles que lamentablemente no, nunca más la vi. Se ve que mi padre la llevó por muchos lados mostrando mi "creatividad" je, y la habrá perdido. Los negativos solían no guardarse. 
Así la vida.
Al llegar a Ushuaia, el 6 de noviembre de 1976, vía marítima, como anteriormente comenté, a los tres días me encontraba trabajando de fotógrafo oficial del Gobernador de Tierra del Fuego, Capitán de Navío Luis Jorge Arigotti. Ushuaia me recibió de brazos abiertos. Fui fotógrafo, Locutor en Radio Nacional Ushuaia, donde estudié para tener la capacidad y la categoría de Locutor. Trabajé en artesanías, que realizaba por las madrugadas, con lo que logré comprarme mi primer vehículo; una Citroneta destartalada que me dio muchas satisfacciones. No pasó mucho tiempo en que llegué a mi primer cero, un Renault 4 , hasta que llegó el día en que nació FOTO EDUARDO´S el 22 de marzo de 1980, de ahí en más, mi vida pasó por el arte de la fotografía y el comercio.

Cuatro bellos hijos nacieron de mi unión matrimonial, ya finalizada. Hoy, junto a mis nietas y mis hijos poseo mi más preciado tesoro, sumándole a mi nuera y mis yernos, otros tres hijos más. 
 
La vida me enseñó algo que deseo transmitirles:
 
Las cámaras no sacan las fotografías, lo hacen las personas, la fotografía es el resultado de un intenso proceso en el que se ha de saber observar, valorar y reaccionar, pero para llevar adelante estos conceptos hay que saber, también, que hay que tener sentimientos, sin ellos nuestras imágenes resultaran vacías y quien las observe no podrá vibrar  con ellas.
Amo toda la fotografía pero soy fundamentalmente paisajista. Y aquí, en esta maravillosa Tierra del Fuego, todo se me hace más fácil, y mis sentimientos afloran a cada paso. Con cada amanecer un paisaje distinto, con cada flor un aroma distinto, con cada lenga un romance distinto, en cada arroyito una música distinta y en cada otoño regresa Vivaldi a componer ...y Dios le pone su paleta de colores. No lo olvides, Tierra del Fuego es un Show permanente y la podes disfrutar a cada momento. Eso sí, cámara en mano y no te olvides el trípode, para fotografiar el interior del bosque. Los gnomos aparecerán en tus sueños y solo te harán feliz.
 
El romance que nacerá entre tu cámara y vos, solo vos lo sabrás. Tus imágenes, tomadas con ese sentimiento del cual hablo, harán que alguien que las observe sepa qué es lo que sientes dentro de tuyo. Es una manera de cantar, de escribir, de ejecutar un instrumento musical, es una manera maravillosa de vivir. Y no lo olvides, que hoy lo digital por un lado nos ayuda y por el otro nos desprotege, porque nuestras fotos, hoy, son virtuales, realmente no existen hasta que no las copiás a papel, único medio para preservarlas por siempre. Tus sentimientos valen mucho más que eso. Esas imágenes que hoy te hicieron llorar, reír, divertirte, deben perdurar por siempre.
 
Eduardo Pocai