Esta es una foto muy significativa para mi, la tomé en un momento muy especial de mi vida: Yendo hacia Moat, ruta a orillas del Canal de Beagle, vi, repentinamente, un manchón violeta a unos 60 metros de la ruta, metido dentro de pastos altos, ya amarillos, porque estaba entrando el otoño. Me detuve, y como había llovido recién, los altos pastos mojaron mis piernas. Al llegar al lugar me encontré con estas florcitas realmente muy simpáticas. Me llamaron mucho la atención porque no era época de flores para Tierra del Fuego, estábamos a medidos de marzo. No llevé conmigo la cámara, pero me dije, debo fotografiarlas, son muy hermosas para no hacerlo, así que retorné a mi camioneta y al llegar a ella se largó otra lluvia torrencial. Decidí esperar que pare la lluvia. Mi madre estaba conmigo, y me dijo,- vamos, se va a hacer muy tarde.-Aquí me quedo hasta que pueda fotografiarlas. Pasó una hora y las nubes se corrieron dejando ver un azul profundo, y el sol
iluminaba las gotitas de estas hermosas campanillas, que nunca supe su nombre. La foto la tomé con una Canon G5 compacta, con pantalla retractil, lo que me permitió ponerla a nivel del piso y apuntar su lente hacia arriba, de esta manera se pudo registrar la textura de sus pétalos, que con el reflejo del sol, mostraba toda su belleza y las gotitas de lluvia que llegaron a mojar la lente de la cámara. ¿Por que era un momento especial? mi padre, que solía acompañarme cada vez que salía de cacería fotográfica, hacía muy poco se había ido a tomar fotos desde muy arriba. Dios me lo trajo esa hermosa tarde, volvimos a estar juntos por unos minutos.