Eduardo Pocai
De mis escritos, sin musa, pero con intenso amor.
MUJER MORENA
Mujer morena, de ojos de almendra.
Hueles a resina fresca, de raíces sobresalientes.
Son como brazos, con la forma adecuada,
Sí, la que se abraza a la tierra, para aferrarse,
Para paralizar mi locura, y hacer más simple
Ese momento de aventurarme por tu río
Profundo, ese río donde me pierdo
En obscenidades que disfruto inconmensurablemente.
Mujer morena, tu vientre es como la campiña
Matinal, con la dulzura de frutas maduras,
Que se muestran tiernas y sabrosas,
Para saborearlas con el paladar hecho fuego,
Con los labios paspados, hasta casi sangrantes,
Por haber libado todo ese elixir que brota como
Manantial desde tus entrañas.
Mujer morena, te vendo mi cuerpo, te lo cambio
Por solo una mirada. Tú me miras, y yo me entrego
A tus voluptuosidades por toda la eternidad.
Viviré eternamente abrazado a tus ropas,
Por favor, sálvame de la languidez de una
Intelectualidad sin estribos, para poder subir
Sobre la esperanza de que me lleves contigo,
Y nos perdamos, juntos, en el infinito espacio
De la fértil tierra de tu campiña, sí, de tu
Campiña matinal.
Mujer morena, no me dejes ciego, mírame
Despacio, te lo pido con todo mi amor,
Con este amor desordenado y desnudo,
Mírame despacio, que la vida no pare
En este bello y maravilloso instante.
Eduardo Pocai